Lucha contra el terrorismo yidahista : La investigación de la Guardia Civil se remonta a finales del año 2015, cuando agentes del Servicio de Información, en colaboración con otros servicios policiales, localizaron la estructura que ahora ha sido completamente desarticulada.
Desde la localidad barcelonesa de Mataró, extendían su actividad a las provincias de Barcelona y Tarragona fundamentalmente, que consistía en el reclutamiento y radicalización de individuos que se mostrasen dispuestos a desplazarse como combatientes a zonas de conflicto.
Una operación desarrollada por agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil, bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción número 1 y de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, ha llevado a la detención de dos individuos, M.B. de 46 años, natural de Tetuán (Marruecos) y O.K. de 36 años, natural de Tánger (Marruecos), acusados de formar parte de una estructura dedicada a reclutar individuos dispuestos a desplazarse a zonas de conflicto e integrarse en grupos terroristas.
A estas horas se están realizando registros en los domicilios de ambos detenidos. Del material que se intervenga se espera obtener información relevante para esclarecer completamente la actividad y vinculaciones de dichos individuos, así como otras posibles líneas de investigación.
La operación se inició por parte de especialistas del Servicio de Información de la Guardia Civil a finales de 2015 gracias a la cooperación con servicios policiales de varios países, al detectarse la actividad en Internet de varios individuos que consumían propaganda de las diferentes plataformas asociadas a grupos terroristas.
El uso de la propaganda a través de Internet y de plataformas para dispositivos móviles por parte de los diferentes grupos terroristas constituye una de sus principales fortalezas tanto para la difusión de su ideario radical como para la captación de nuevos adeptos y para publicitar sus acciones.
Ante la pérdida de territorio y potencial material, humano y financiero que el grupo terrorista Daesh afronta sobre el terreno en Siria e Irak, la difusión de propaganda y la captación de nuevos adeptos se ha convertido en una de sus principales actividades, desarrollada de forma muy importante a través de Internet y de las diferentes plataformas y redes sociales.
Desde la elevación al nivel 4 de Alerta Antiterrorista el pasado 26 de junio de 2015, la Guardia Civil ha potenciado todas las investigaciones relacionadas con este tipo de estructuras de propaganda, captación y financiación, especialmente en el ámbito del ciberespacio y con especial seguimiento de las conexiones entre residentes en España y otras personas encuadrados en grupos terroristas en el exterior.
Para más información pueden contactar con la Oficina de Prensa de la Guardia Civil en el teléfono 91 514 6010.
Existen imágenes de vídeo de esta operación para los medios de comunicación interesados en el siguiente enlace: www.guardiacivil.es/es/prensa/videos_descarga_medios/2018/index.html
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Polonia, el país que no adoptó el euro y creció un 15,8%, mientras los demás sufrían la crisis
La desafección de los polacos hacia Europa retrasa la adhesión del país a la unión económica y monetaria
Nadie esperaba nada especial de Polonia cuando en el año 2004 pasó a formar parte del alto club europeo. Es cierto que tenía un crecimiento económico moderado y una industria pujante, pero la economía polaca ni siquiera cumplía los criterios de convergencia económica dictados por Maastricht y por lo tanto no podía adoptar la moneda euro. Tendría que esperar un poco más hasta que su moneda fuera considerada lo suficientemente estable.
Gracias a que la dejaron fuera de juego, la modesta economía polaca apenas sintió la quiebra de Lehman Brothers y cuando la crisis económica se hizo global y en media Europa se cocinaba el cocktail perfecto de la recesión, Polonia comenzó a crecer a un ritmo imparable. Se calcula que de 2008 a 2011 la economía de la ex potencia comunista se disparó un 15,8%. ¿Su secreto? Polonia todavía era dueña de sí misma.
Económicamente libre
Gracias a su doble condición, Polonia se ahorró el lado amargo de pertenecer a la eurozona. Por una parte, formaba parte de la Unión Europea y se benefició de hasta 37.000 millones de euros del fondo de cohesión europeo desde 2007, el equivalente al 10% de su PIB.
Por otra, al quedarse fuera de la Unión Económica, no tuvo que poner ni un solo céntimo en los rescates que se concedieron a Grecia, Portugal o Irlanda. Tampoco tuvo que aplicar políticas de austeridad, ni ajustes.
Con 38 millones de habitantes, los polacos podían fácilmente vivir de sí mismos. Apostaron por un consumo interior muy fuerte, un sistema semi-proteccionista, que les ayudó a ser cada vez menos dependientes del exterior. Ante «la desaceleración europea, Polonia tuvo margen de maniobra para absorber el choque», explica la OCDE al diario «Le Monde».
¿Dispuesto a adoptar el euro?
Pero Polonia no podía vivir aislada en una burbuja para siempre. Los efectos de la crisis de la eurozona comienzan a salpicar a la próspera economía polaca y el euroescepticismo se hace patente.
Cuando llegó el momento, Polonia pudo depreciar su moneda para venderle más barato a la empobrecida Europa. Se calcula que hasta un 78% de las exportaciones polacas tienen como destino la Unión Europea, de las cuales una cuarta parte se dirigen a Alemania. Ahora que la crisis también alcanza a la economía germana, la balanza comercial polaca padece las consecuencias.
La tasa de desempleo subió en Polonia el pasado diciembre hasta el 13,4%, lo que supone un repunte del 0,9% en términos interanuales. «Cada vez se oye hablar más de despidos masivos. En la fábrica FIAT se van a despedir a casa 1.500 personas y en el sector bancario más de 500 lo han perdido o van a perderlo», explica Ewa Sobolewska, una estudiante polaca.
En el último año Polonia creció solo un 2%, cifras por las que España mataría, pero que allí suponen casi una «mini recesión». Pero, ¿buscan culpables?
«Los polacos siempre han estado divididos respecto a la economía europea. Viendo la crisis que la UE está sufriendo, creo que la gente poco a poco deja de creer en el concepto de la Europa unida», asegura Sobolewska.
Polonia debería haber adoptado el euro en el año 2012, y aunque es cierto que aun no cumple algunos de los requisitos de Maastritch, en general ahora son los polacos los que dicen «no gracias». Las encuestas muestran que menos de un tercio de la población está a favor de abandonar el zloty.
«Polonia debe estar preparada para el euro y el Gobierno debe concentrarse en ello», dijo hace pocos días el presidente polaco Bronislaw Komorowski.
«Según los cálculos llevados a cabo por el Gobierno, el 1 de enero de 2016 es una fecha realista para el acceso de Polonia a la zona euro», pronosticó recientemente Roman Kuzniar, asesor del Gobierno e importante politólogo.
«Debemos recordar que cuanto más tardemos en hacerlo, será más duro, porque la zona euro se habrá construido a sí misma. Habrá más criterios y más tratados que ratificar dentro de cinco, seis o siete años», añadía en declaraciones recogidas por el diario «Polska Viva».
Pero por mucha prisa que tenga la clase política, el cambio a la moneda única queda todavía muy lejos para los polacos. A estas alturas es difícil convencerles de que con el euro estarían mejor.