El chavismo duro. Hugo Chávez parte en cada elección con un 40% de voto que le garantizan sus seguidores más fieles. Un electorado al que no le importan las promesas incumplidas

Las siete claves de las elecciones

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  • Venezuela se juega su destino en las elecciones presidenciales

Daniel Lozano | Jacobo G. García | Caracas

Actualizado sábado 06/10/2012 12:28 horas

Venezuela se juega su destino en las elecciones presidenciales de mañana. Las urnas decidirán no sólo quién es el nuevo presidente, sino también el modelo de país para los próximos años. Todo ello bajo la atenta mirada de América Latina y con los ojos expectantes del resto del mundo. Estas son las claves que marcarán el devenir en las urnas:

 

 

  1. El chavismo duro. Hugo Chávez parte en cada elección con un 40% de voto que le garantizan sus seguidores más fieles. Un electorado al que no le importan las promesas incumplidas. Para ellos, Chávez es el mesías de los pobres. Las famosas misiones sociales han asistido a la clase baja venezolana durante los últimos 14 años. Uno de los grandes retos del oficialismo es impedir que sus planes asistenciales sufran la ineficacia de su administración. Un ejemplo: el 80% de Barrio Adentro, los módulos de salud donde trabajan los 30.000 médicos cubanos, está cerrado o trabajando a un ritmo muy inferior al programado.
  2. ¿Hasta dónde llega la ola de fervor popular?. Todo empezó con los tres millones de venezolanos que votaron en unas primarias históricas, más del 62% a favor del ahora candidato unitario de la oposición. Pocas semanas más tarde, en marzo, se dio el pistoletazo de salida a un maratón casa por casa y pueblo por pueblo que ha arrastrado a Capriles hasta los cierres masivos de las dos últimas semanas. Una campaña que ya ha pasado a la Historia de la política latinoamericana y que ha movilizado a opositores de toda la vida, incluso a los desencantados.
  3. El voto oculto. El que no aparece en las encuestas, el que en otras elecciones eligió votar al oficialismo para que las cosas siguieran como están, sin problemas. Sobre todo para los cuatro millones de venezolanos que tienen empleos públicos o cercanos al Estado. El tirón de Capriles apuesta por movilizar el voto valiente frente al miedo. Los expertos dicen que cuantos más se atreven, menos es el miedo.
  4. La artillería del pensamiento. El primer día de reflexión no dejó ni un minuto para reflexionar. Las encuestas volaron en las redes sociales, manteniendo las cifras que ya apuntaban los últimos días. Vayas donde vayas, siempre la misma pregunta: ¿Cómo ves la vaina? Y la vaina está muy cerrada. Tanto que el oficialismo se saltó las barreras del CNE (que para Chávez son muy bajas) y ayer gritó por todos sus altavoces mediáticos la entrega de viviendas para damnificados de las inundaciones. “Viviendas dignas para nuestro pueblo. ¡Cuán feliz me siento!”, clamó el propio candidato gubernamental en su twitter. La Artillería del Pensamiento, eufemismo belicista para denominar al gigantesco aparato ideológico y mediático montado por el chavismo, seguirá trabajando hasta que se sepan los resultados.
  5. El voto de los emigrantes. No es definitivo, pero lo podía haber sido. Del millón de venezolanos huidos al exterior, sólo 100.000 están registrados. Y muchos ellos tendrán dificultades para votar dadas las trabas impuestas por el gobierno. Así los expatriados en Florida se verán obligados a viajar varias horas para votar en Nueva Orleans. También varios miles han regresado en las últimas horas al país para ejercer mañana su derecho.
  6. La abstención. La oposición está convencida de que si logra atraer hasta las urnas a más del 80% del electorado, le arrebatará la presidencia a Chávez. Sus cálculos se basan en que el bolivariano no superará los 7.200.000 votos del 2006. Para derrotarle hacen falta 8 millones, que se conseguirían con una alta participación. Con el 15% de la abstención, habitualmente supera el 30%, “la victoria está asegurada”, opina el ‘caprilismo’.
  7. La emotividad de un pueblo. Todos los cálculos y claves anteriores se caerían si no se tiene en cuenta que en el venezolano pesan más sentimientos y emociones que razones. El cáncer de Chávez disparó la solidaridad en las encuestas, fenómeno que ya ha remitido. Ahora la lucha es entre el fervor del cambio y la “paz” que ofrece un líder revolucionario que en su última entrevista se vistió de cordero para atraer a los votantes que le hacen falta para ganar.

Tras ganar con el 54,84% de los votos, tras conseguir 7.860.982 millones de votos. El triunfo de Chávez le permite dar continuidad a una gestión que inició hace 14 años

Con el 90% de los votos escrutados

Hugo Chávez, reelegido presidente de Venezuela con el 54,42% de los votos

Un niño celebra los resultados de Hugo Chávez. | EfeUn niño celebra los resultados de Hugo Chávez. | Efe

Jacobo G. García | Daniel Lozano | Efe | Caracas

La noche de suspense, emoción e igualdad no fue tal. La victoria deHugo Chávez por más de ocho puntos no dejó lugar a la duda y lo que iba a ser una larga noche electoral se quedó en una contundente victoria del comandante bolivariano.

Hugo Chávez resultó electo para un nuevo período electoral de seis años, hasta 2019, tras ganar con el 54,84% de los votos, tras conseguir 7.860.982 millones de votos. El triunfo de Chávez le permite dar continuidad a una gestión que inició hace 14 años. Por su parte el líder de la oposición unida, Henrique Capriles, obtuvo el 44,55%, con 6.386.155 millones de votos, con el 94,18% de las actas procesadas.

Los otros cuatro candidatos presidenciales no llegaron a un 1% de los votos: Reina Sequera ha obtenido 67.507 (0,47%); Luis Reyes, 7.809 (0,05%); María Bolívar, 7.224 (0,05%), y Orlando Chirino, 3.943 (0,02%)

Apenas unos minutos después de que la Presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, anunciara su derrota,Henrique Capriles aceptó los resultados con un discurso de altura.«Para saber ganar hay que saber perder» dijo. Vestido con una chaqueta con los colores de la bandera de Venezuela señaló que «yo soy un demócrata a carta cabal no voy a jugar con la esperanza de nuestra gente. Lo que el pueblo diga es sagrado» añadió.

Capriles, abatido pero entero, insistió en su mensaje de unidad y reconciliación e insistió en que «el radicalismo ha hecho mucho daño a este país. Nosotros vamos a construir una sola Venezuela y los más de seis millones de personas que me votaron marcaron un camino que está intacto y que dará sus frutos».

Alta participación

Para la mitad de los venezolanos que no votaron a Chávez pidió «respeto, consideración y reconocimiento». «Esos más de seis millones de venezolanos no están solos. No se sientan derrotados. Estoy orgulloso porque hemos sembrado semillas de esperanza» señaló en un discurso de altura en el que ni criticó a Chávez ni hizo insinuación alguna de fraude.

La noche había comenzado con una gran concentración de gente frente a su sede pero a medida que empezaron a confirmarse los rumores, el grupo se fue diluyendo y la fiesta se trasladó al centro de Caracas, junto al Palacio de Miraflores donde compareció Hugo Chávez, que ya había enviado antes de salir un par de tuits: ¡Gracias a mi amado pueblo¡ ¡Viva Venezuela¡ Viva Bolivar¡ escribió. Y ¡Gracias Dios mío a todas y a todos¡, dijo en un segundo mensaje enviado a través de la red social.

De esta manera, el presidente venezolano, artífice del denominado «Socialismo del Siglo XXI», logró su tercera reelección y acumulará para el 2019 un total de 20 años en el poder, ya que fue elegido por primera vez en 1998 y gobierna desde el año siguiente.

La participación, superior al 80% fue otro de los datos más destacados de la jornada. La presidenta del CNE indicó que fue «una de las más altas participaciones de las últimas décadas»

Es creyente, «fiel seguidor de la Virgen» según afirma él mismo, abogado, soltero y hasta este 7 de octubre, promesa del cambio en Venezuela. Henrique Capriles Radonski, de 40 años, no pudo convertirse en el presidente más joven del país al perder en laselecciones ante Hugo Chávez

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Capriles arroja una gorra en un acto de campaña. | Reuters

Un joven soltero enamorado de la política

Isabel F. Lantigua

Es creyente, «fiel seguidor de la Virgen» según afirma él mismo, abogado, soltero y hasta este 7 de octubre, promesa del cambio en Venezuela. Henrique Capriles Radonski, de 40 años, no pudo convertirse en el presidente más joven del país al perder en laselecciones ante Hugo Chávez, en el poder desde 1999. Se presentó ante sus compatriotas con la intención de‘cultivar’ cinco árboles que quería ver crecer y que fueron metáfora de su programa electoral. Cada uno con su propio nombre: educación, salud, vivienda, empleo y seguridad.

Capriles, vestido siempre con una gorra con los colores de la bandera venezolana, porque él aspiraba a «ser el líder de Venezuela, no del resto del mundo«, nació el 11 de julio de 1972 en Caracas y confiesa que desde pequeño se interesó por la política. «Desde que tengo 11 años me gusta esto y le decía a mi mamá ‘en cuanto cumpla los 18 me inscribo en un partido político'». Una convicción que no le abandonó desde entonces.

Tras licenciarse como abogado, especializarse en derecho económico y trabajar en algunos bufettes y empresas familiares, dio el salto a la arena pública. Fue elegido diputado por el estado de Zulia en 1998 y nombrado Presidente de la Cámara de Diputados y Vicepresidente del Parlamento, siendo la persona más joven que ejercía ambos cargos.  Luego fue por dos veces alcalde de Baruta y en 2008 le eligieron Gobernador de Miranda, el segundo estado más poblado de Venezuela. Y de ahí, en su meteóricacarrera, a ser el rival de Chávez, tras ser escogido el 12 de febrero como candidato unitario de la oposiciónvenezolana, con el 63,9% de los votos.

Convencido de que Venezuela es un país que tiene «mucho más futuro que pasado», Capriles enarbola la bandera de la educación y prometía construir 2.000 escuelas si ganaba los comicios, «porque cuando yo nací en el año 72 había 1,1 millones de analfabetos y seguimos igualitos». La apuesta por la educación era su carta de presentación, pero también contaba con otras promesas, como aumentar el salario mínimo y poner en marcha medidas para acabar con el problema de la inseguridad y la violencia. Su modelo, según ha reconocido en alguna ocasión, es la «izquierda moderna de Brasil».

El poder es una responsabilidad

Descendiente de judíos del gueto de Varsovia y biznieto de víctimas del campo de exterminio de Treblinka, sus antecedentes más cercanos cuentan con varios negocios inmobiliarios, industriales y del entretenimiento -entre ellos medios de comunicación (Cadena Capriles)-, una herencia por la que Chávez le llama el candidato de «la burguesía y la oligarquía». Afirmaciones como ésa y otros insultos, como «cochino majunche», los escucha desde que fue elegido candidato a la Presidencia. Una estrategia que define como «guerra sucia» y a la que no le gusta responder, aunque le han cuestionado incluso su orientación sexual. Pero tampoco pone la otra mejilla. Así, expresó que estos ataques de Chávez eran propios de «un boxeador agotado, intentando sacar un golpe desesperado para noquear».

De su pasado destacan los cuatro meses que estuvo en la cárcel por el caso de los ataques a la Embajada de Cuba en Caracas en abril de 2012, tras el golpe de Estado que sacó a Hugo Chávez del poder. Como alcalde, Capriles se presentó en la embajada, según él para ejercer de mediador, pues corrió el falso rumor de que allí se encontraba refugiado Diosdado Cabello, entonces Vicepresidente de Venezuela. La Fiscalía Nacional le acusó de haber querido inspeccionar el edificio, violando los principios internacionales. Fue absuelto de todos los cargos, pero reconoce de su paso por prisión que le ayudó a afianzar sus principios y que«la cárcel, cuando es injusta, pesa doble».

Afirma sin rubor que las mujeres son su «debilidad» y veía en ellas la baza que puede llevarle a la presidencia. Una vez allí, aseguraba en una entrevista con ELMUNDO.es ser consciente de que «el ejercicio del poder es un privilegio y una responsabilidad y no una oportunidad para abusar o ejecutar venganzas personales».

Fue el béisbol lo que llevó a Hugo Chávez Frías hasta la Academia Militar con 17 años. Poco sabía entonces aquel joven, que vio en el inicio de su carrera castrense la oportunidad de jugar profesionalmente a este deporte, lo que le deparaba el futuro.

Perfil

Chávez en un acto de campaña. | Reuters

Entre el amor y el odio

Yasmina Jiménez

Fue el béisbol lo que llevó a Hugo Chávez Frías hasta la Academia Militar con 17 años. Poco sabía entonces aquel joven, que vio en el inicio de su carrera castrense la oportunidad de jugar profesionalmente a este deporte, lo que le deparaba el futuro. Aunque ya en aquella época comenzó a idolatrar a Fidel Castro y al Che Guevara y con 20 años soñaba con una revolución. Así, entre sueños socialistas y entrenamiento militar, fue cuajando el Chávez que con 40 se subiría a la palestra política e iniciaría el camino que lo convertiría en uno de los personajes más controvertidos de América Latina.

Hijo de maestros rurales, el líder venezolano nació en Sabaneta el 28 de julio de 1954  en una casa humilde de adobe, donde tuvo una infancia feliz rodeado de sus hermanos pese a las carencias. Fue después de marcharse del hogar familiar para iniciar sus estudios militares cuando surge el Chávez admirador de la figura de Simón Bolívar, nacionalista y defensor del socialismo que aspira a liberar a su pueblo mediante una revolución, pero una en la que los libertadores del pueblo fueran los militares.

Con esa idea, protagoniza un intento de golpe de Estado en 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez, lo que le llevaría dos años a la cárcel. En un breve discurso emitido por la televisión, el comandante Chávez se rinde y se da a conocer a los venezolanos.  Sembró entonces la semilla –con aquel ‘mensaje bolivariano’, como él mismo dijo- de lo que llegaría después cuando definitivamente se incorporara como civil al ruedo político.

El hombre que ha hecho de Bolívar y el bolivarismo el nuevo referente en Venezuela subió al poder en 1999 y desde entonces las urnas se han puesto siempre de su parte en elecciones y referendos, excepto en una consulta popular en 2007, que repitió con más éxito al año siguiente. Desde el principio defendió una democracia participativa con la intención de dejar atrás lo que muchos han definido como «años de mal gobierno, corrupción, ajustes sociales dolorosos y desatención de las capas más desfavorecidas de la población». Sin embargo, durante sus dos legislaturas, ha ido acumulando cada vez más poder en su persona imprimiendo a su Gobierno unos tintes autocráticos muy criticados.

Su régimen, descrito por el periodista y profesor Felipe Sahagún como «una mezcla difusa del modelo castrista, del populismo peronista y del nacionalismo antiestadounidense latinoamericano»,  siempre ha apostado por las políticas sociales que le han otorgado el apoyo casi incondicional de los más desfavorecidos. Un voto que él ha sabido mantener no sólo luchando contra la pobreza y el desempleo, sino también tirando de ese lenguaje popular, cercano y, muchas veces, faltón del que hace gala en su programa semanal televisivo ‘Aló Presidente’.

Es capaz de despertar amor y odio a partes iguales. La doctrina que predica se alimenta del eternoenfrentamiento entre pobres y ricos, de su fervor a la patria, de la religión y de un izquierdismo personalizado, el Socialismo del siglo XXI, entre otras creencias del propio presidente. Si a estas ideas que emanan de sus discursos le sumamos las profundas transformaciones realizadas en el país por su Gobierno el resultado es una sociedad venezolana profundamente dividida. Esta polarización vivió su momento más álgidoel 12 de abril de 2002 cuando las fuerzas de la oposición se aliaron para derrocarle. Dos días después, Chávez regresaba al Palacio de Miraflores con el apoyo de una parte del Ejército y de sus seguidores que tomaron las calles. El país, más crispado que nunca, se sumergió meses después en una huelga interminable, mientras partidarios y detractores se daban encuentro en las calles.

Su lucha contra el cáncer

Los ‘antichavistas’ mantuvieron las protestas hasta que en agosto de 2004 el líder venezolano se sometió a un referédum revocatorio, forzado por la oposición que presentó las firmas necesarias para que se realizara, del que salió consolidado con un 58% de los votos. Y una vez más volvió a ganar las legislativas de 2005 y las presidenciales de 2006 con un 63% de los votos.

En lo que se refiere a su vida privada, después de licenciarse en la Academia Militar regresó a su localidad natal y contrajo matrimonio con Nancy Colmenares, con la que  tuvo tres hijos. Se separó y volvió a casarse con la periodista Marisabel Rodríguez, madre de su última hija, y primera dama durante su primer mandato.

Sus hijas han jugado un papel muy importante en la lucha que iniciara contra el cáncer en 2011, cuando fue operado de urgencia en La Habana. En 2012, tuvo que volver a ser tratado de la misma enfermedad en Cuba. El secretismo con el que es tratado el estado de salud del presidente ha generado todo tipo de especulaciones en la sociedad venezolana y en los medios de comunicación del mundo, aunque el tema estuvo ausente en una campaña electoral en la que se vio a un Chávez menos activo.

El 7 de octubre de 2012, tras 14 años en el poder, conseguía de nuevo el favor del pueblo con más del 54% de los votos. Él mismo ha dicho que querría seguir hasta 2031 si el pueblo así lo quiere. Ni los problemas de inseguridad y violencia, las denuncias de violación de los derechos humanos y sus enfrentamientos con un importante sector de la sociedad venezolana le han pasado factura. Ahora, su permanencia en el poder dependerá sólo de su victoria contra el cáncer.

Chávez y Capriles dialogan un día después de la jornada electoral en Venezuela

El presidente revalidó su cargo hasta 2019

Chávez y Capriles dialogan un día después de la jornada electoral en Venezuela

Hugo Chávez saluda a sus seguidores el domingo, en la jornada electoral. | AfpHugo Chávez saluda a sus seguidores el domingo, en la jornada electoral. | Afp
  • El presidente ha telefoneado opositor en un gesto insólito
  • Chávez ha evitado referirse a él con insultos, algo habitual en campaña

Efe | Caracas

El reelegido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el líder opositor, Henrique Capriles, han conversado este lunes tras la jornada electoral del domingo, una situación tan habitual en otros países como insólita en la nación sudamericana, donde la polarización domina completamente la política.

Por primera vez desde que en febrero fue elegido como candidato de la oposición, Chávez ha llamado por su nombre a Henrique Capriles y no ha usado uno de sus habituales insultos o expresiones vejatorias para referirse al líder de la oposición. «Créanmelo: he sostenido una amena conversación telefónica con Henrique Capriles! Invito a la Unidad Nacional, respetando nuestras diferencias!», señaló Chávez en su cuenta de la red social Twitter.

Capriles confirmó posteriormente por la misma red social, que en Venezuela se ha convertido en una auténtica autopista de comunicados públicos, la conversación con el presidente. «Recibí llamada del Presidente Chávez. En nombre de más de 6.500.000 venezolanos hice un llamado a la unidad del país y el respeto a todos», señaló.

El pasado domingo, un 55% de los venezolanos respaldó al presidente venezolano y le dio vía libre para alcanzar las dos décadas en el poder, en unos comicios con una participación récord superior al 80% y en los que Capriles obtuvo el 44,39 %.

Al reconocer en la noche de las elecciones su derrota, Capriles pidió, en unas breves palabras ante seguidores y periodistas, que «quienes hoy mantienen el poder» tengan «respeto, consideración y reconocimiento a casi la mitad del país que no esta de acuerdo con este Gobierno».

Este lunes, el vicepresidente primero del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y titular de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, destacó en una conferencia de prensa que la oposición reconociera los resultados de los comicios. «Queremos hacerle un reconocimiento a los sectores de la oposición que han asumido con mucha consideración hacia el país y con mucha responsabilidad lo que ocurrió acá el día de ayer, los resultados asumidos, tal cual, en unas elecciones se gana y se pierde», sostuvo.

Según los resultados oficiales, Chávez, de 58 años y en el poder desde 1999, ganó su tercera reelección con 7.963.061 de votos frente a los 6.426.286 que obtuvo Capriles, ex gobernador y abogado de 40 años. El Consejo Nacional Electoral informó de que Chávez será proclamado el miércoles ganador de los comicios.

Resaca electoral

Mientras Venezuela vive hoy la resaca de unas elecciones que discurrieron de forma pacífica y un ambiente de completa tranquilidad, en el exterior no se han hecho esperar las reacciones y manifestaciones de felicitación al pueblo venezolano.

El Gobierno de Estados Unidos destacó alta participación en las elecciones y pidió «tener en cuenta las opiniones» de aquellos que votaron por Capriles. «Felicitamos al pueblo venezolano por la alta participación y la forma generalmente pacífica en que se llevaron a cabo estas elecciones», dijo en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado para Latinoamérica, William Ostick. «Creemos que las opiniones de los más de seis millones de personas que votaron por la oposición deben tenerse en cuenta de ahora en adelante», añadió Ostick

Entre los aliados del presidente venezolano las expresiones de júbilo se han sucedido una tras otra, y así desde la presidenta argentina, Cristina Fernández, hasta el mandatario cubano, Raúl Castro, se han congratulado por el «histórico triunfo» y «decisiva victoria» de Chávez.

El jefe de la misión electoral de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Venezuela, el argentino Carlos Álvarez, calificó de «extraordinario» el sistema electoral venezolano y dijo que lo sucedido ayer fue una lección al mundo.

Venezuela «ha dado una lección al mundo muy importante porque hay sectores importantes de la comunidad internacional que ponían dudas o cuestionamientos al funcionamiento de la democracia venezolana», indicó Álvarez a los periodistas en Caracas.

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